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Cómo la banda de rock de una familia formó una red de ayuda mutua entre Hayward y Honduras

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Los CIRES, una banda de rock compuesta de cuatro hermanos de Hayward con su padre, usaron su música para unir a su comunidad y recaudar fondos para donar suministros a los sobrevivientes de los recientes huracanes en Honduras. (Hellena Cedeño)

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Parece que han pasado siglos, pero fue hace poco que llegaron a Estados Unidos las primeras imágenes de las casas destruidas del pueblo La Lima en Honduras, mientras que los medios de este país demostraban los acontecimientos de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre de 2020.

Mientras que EE.UU. vivía una especie de tormenta política, dos huracanes de categoría 4, Eta e Iota, arrasaban varias partes de Latinoamérica, marcando el fin a un año bastante difícil. Lo que se convirtió en una de las peores calamidades del 2020 pasó desapercibido por la prensa estadounidense, en medio de la crisis de COVID-19 y solipsismo político. Las dos tormentas masivas azotaron a Centroamérica en un periódo de pocas semanas, dejando a millones de personas del sur de México al norte de Colombia necesitando ayuda de emergencia.

En los tiempos antes de la cuarentena, el auxilio hubiera llegado más rápidamente y se hubiera podido movilizar una respuesta internacional con mayor facilidad. Sin embargo, ante un aumento en los casos de coronavirus y muchos países luchando contra una crisis económica global, la mayoría de las víctimas del desastre, muchos quienes ya vivían en extrema pobreza, tuvieron que arreglárselas por su propia cuenta.

Cuando Hellena Cedeño, una fotógrafa del Área de la Bahía, vio en Facebook a sus primos pidiendo ayuda por la tormenta, se sorprendió. Cedeño compartió la noticia en sus cuentas de redes sociales, solicitando a sus amigos que donaran lo que fuera posible para ayudar a los afectados.

Fue en ese entonces que un grupo de cuatro hermanos mexicanos de Hayward, todos amigos de Cedeño, decidieron hacer algo que nunca habían hecho antes: una recaudación internacional de fondos. Su banda Los CIRES, es un grupo emergente que ha tocado en lugares de rock icónicos en el Área de la Bahía, como ‘Bottom of the Hill’ y ‘Rickshaw Stop’.

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Como músicos bilingües, los hermanos conocen bien el sacrificio y la lucha. Fueron criados por inmigrantes mexicanos en un vecindario obrero al este de la Bahía, compartiendo su hogar con siete familiares en total.

El hermano mayor y principal compositor, Isaac Soto, fue deportado a México cuando era chico. Su familia tuvo que luchar en las cortes migratorias para que pudiera regresar. De muchas maneras, los obstáculos que la banda tuvo que enfrentar para llegar hasta donde están ahora, ayudó a formarlos en el grupo ideal para ayudar a otras familias necesitadas, y eso es lo que hicieron.

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“Tengo tanta suerte de haber podido vivir en los Estados Unidos, y eso pone mucho en perspectiva”, dice Isaac. “Mis hermanos sienten lo mismo de haber crecido como inmigrantes. Y ahora que somos adultos, podemos tomar nuestras propias decisiones y sentimos que podíamos ayudar a otros que son como nosotros a través de esta causa”, agrega.

“Tengo la fortuna de vivir en los Estados Unidos, y eso me da perspectiva”, dice Isaac. “Mis hermanos también se sienten así, por nuestra experiencia de haber crecido como migrantes. Ahora que somos adultos, queremos tomar nuestra propias decisiones y sentimos que podíamos ayudar a otras personas”.

Inspirados en hacer un cambio de cualquier manera que posible, los cuatro hermanos Soto y su padre (Cessar, Isaac, Rubén, Edwin y Shannon…al tomar las iniciales de cada uno, Los CIRES) comenzaron a organizar un concierto virtual en diciembre, con la ayuda de su amigo, Christian Francisco, productor de vídeo y música.

“Queríamos hacer algo que fuera influenciado por nuestras raíces, Los Beatles, románticas mexicanas y siendo súper de Hayward, y nos fijamos en el concierto ‘Live 8’, el cual era un evento musical de la década de los 80 que se hizo con el propósito de generar conciencia sobre el SIDA. Pensamos que sería genial hacer nuestra propia versión miniatura de eso para recaudar fondos”, explica Isaac.

Luego de un mes de hacer promociones, coordinar el equipo técnico, practicar las canciones y confirmar el sitio del concierto (la oficina del trabajo de Isaac, la cual no tenía uso por la pandemia, se transformó en un estudio por una noche), los hermanos llevaron a cabo un concierto virtual en el cual la audiencia podía contribuir al fondo de ayuda. En cambio de donaciones, la banda tocaba canciones específicas y daba reconocimientos en vivo.

Tocaron por casi dos horas, mayormente en español y espanglish, en lo que llamaron el concierto benéfico para Centroamérica, el cual fue transmitido a través de YouTube y sigue disponible.

Los CIRES se quedaron sorprendidos cuando supieron que recaudaron más de $3,000, mucho más de lo que habían anticipado. Cuando les preguntamos qué planeaban hacer con el dinero y cómo sería usado para ayudar a Centroamérica, Isaac compartió que él y Hellena Cedeño han estado platicado sobre eso. Con la ayuda de Linda Zelaya, abogada en Honduras y familiar de Cedeño, han coordinado cómo distribuir los fondos.

“Desarrollamos una fuerte relación con ella y confiamos en ella en que no se llevaría el dinero para comprarse un nuevo automóvil, y que en verdad fuera a organizar y distribuir los suministros”, dice Isaac, riendose. “Por suerte, ella tiene suficiente dinero para superar lo que ha pasado, entonces sabíamos que tenía buenas intenciones y que sólo quería ayudar a otros. Teníamos la idea de donar el dinero a la Cruz Roja o a otra organización grande, pero uno nunca sabe a dónde va ese dinero, y por eso escogimos algo más personal”, aclara el músico.

Para asegurarse que el dinero será usado de la manera correcta, los hermanos han seguido en comunicación con la familia de Cedeño, y también han compartido imágenes y vídeos en su cuenta de Instagram para informar a sus fans y seguidores cómo las donaciones están ayudando a las familias necesitadas. Una foto demuestra cómo la familia de Hellena prepara las provisiones de ayuda, suficiente para llenar la sala entera, que irán directamente a su comunidad. Además, un canal de noticias hondureño reportó sobre esta iniciativa.

Este exitoso esfuerzo internacional de solidaridad nos recuerda que no importa que lejos estemos de cada uno, no debemos olvidar que la creatividad y la compasión pueden trabajar juntos y que de algunas maneras estamos más conectados ahora que nunca, sin importar nuestro origen o estatus, o las fronteras que nos separan.

“No pienso que un día lleguemos a ser famosos o ganemos mucho dinero, pero tan sólo con grabar música y realizar recaudaciones de fondos, todo esto será parte del legado de nuestra familia”, me cuenta Isaac. “No dependemos de la música para sobrevivir, tan sólo es un pasatiempo que tomamos en serio y nos permite hacer cosas increíbles como esto. Somos libres de hacer lo que queramos con nuestro arte y escogimos ayudar a otros. No sólo es para nosotros y nos alegra poder ayudar a quien sea”.

Este artículo fue traducido por el periodista, Carlos Cabrera-Lomelí.

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