Por su parte, Werner señala al hecho que muchos más de sus inquilinos se están quedando en casa durante el día y por consecuencia los gastos de agua y basura están aumentando. Ha perdido alrededor de $100 mil en pagos de alquiler ya que sus inquilinos no han podido pagar su renta desde que inició la pandemia.
“Si un inquilino en verdad necesita algo y me dice ‘tengo una necesidad’, eso me ayuda mucho más a entender la situación que me digan ‘tienes que hacer esto por mí’ “, dijo Werner. “De esta manera podemos colaborar para resolver la situación, en lugar de enfrentarnos de una manera hostil”, agregó.
La posibilidad de que una negociación con su arrendador resulte en un trámite legal puede ser un poco desalentador, pero puede ser mejor negociar directamente antes de pedir la ayuda de un abogado, según Tobener (quien es un abogado). De hecho, involucrar a un abogado podría amargar su relación con su arrendador.
“Todo se basa en la relación que tengan. Involucrar a un abogado mancha esa relación”, dijo Tobener.
Pero el momento en que lleguen a un acuerdo, es cuando puede ser más útil llamar a su abogado o a un grupo de derechos de inquilinos. “Cualquier asociación de inquilinos puede revisar ese documento final y asegurarse que acate todas las condiciones legales”, dijo Sherburn-Zimmer.
Puede encontrar una amplia lista de organizaciones defensoras de los derechos de inquilinos aquí, en el sitio de Tenants Together. Otro grupo, Bay Area Legal Aid, tiene oficinas por toda la región.
No está solo, organice a los otros inquilinos
Si vive en un edificio con varias unidades, organizar a sus vecinos puede ser una opción eficaz para negociar un descuento en la renta.
“Es posible que hasta la gente más rica en su edificio, que acaban de llegar y pagan $4 mil en renta, hayan perdido su trabajo también. Vale la pena colocar una nota debajo de la puerta de todos”, dijo Sherburn-Zimmer.
“Creo que las propuestas colectivas son muy exitosas, cuando todos en el edificio piden una reducción del 10 o hasta del 20%”, dijo Sherburn-Zimmer.
“Es como ir a la oficina de tu jefe y pedir un aumento en lugar de formar un sindicato y pedir por un aumento con el apoyo del colectivo. Con el grupo, tienes una ventaja mayor y más protección”, dijo él.
Shimmy Li comparte con sus dos amigos un apartamento en el vecindario South of Market (mejor conocido como SoMa). Luego de que iniciara la pandemia, sus dos amigos no tenían suficiente para pagar la renta. Uno se quedó sin trabajo y el otro perdió parte de su salario. Este último amigo dejó el apartamento antes de que terminara el contrato.
Luego de hablar con otros inquilinos, Li se dio cuenta que no era la única con esta situación. Tres vecinos en otra unidad habían perdido sus empleos a causa de la pandemia. “Era una situación bastante crítica”, dijo él.
Li y los otros inquilinos decidieron organizarse y negociar un descuento con su arrendador juntos. Este junio pasado, mandaron un correo explicando su situación financiera, y el propietario aceptó un descuento del 15% por un año. La renta mensual para el apartamento de tres recamaras donde habita Li bajó a $3 mil 400 al mes.
“Nos sentimos muy animados. Todos nosotros aprendimos mucho de cómo negociar de una manera colectiva”, dijo Li.
Pero Warner aconsejó que esta opción debe servir como un último recurso, ya que puede provocar al arrendador, quien puede enlistar la ayuda de abogados.
“Intensificaría aún más la situación”, dijo Werner.
Pero cómo Li sabe por experiencia propia, algunas veces funciona.
Prometa pagar, prometa irse
Quizás no sea necesario organizar una huelga de alquileres, si es que logra negociar las cifras adecuadas.
Una táctica que Sherburn-Zimmer ha visto funcionar bien para varios inquilinos es pagar una suma total en cambio de condonar una parte del pago de renta atrasada. Si puede ahorrar dinero y pagar miles de dólares a la vez, es posible que pueda convencer a su arrendador que este le perdone parte de lo que usted le debe, dijo Sherburn-Zimmer.
Pero ¿cómo logras ahorrar ese dinero? “Algunas veces los inquilinos no pagan su renta, por la pandemia, hasta que puedan arreglar parte del monto que deben”, dijo Sherburn-Zimmer.
Werner, quien es el dueño de cuatro propiedades en West Hollywood, concordó. Pero avisó que también es una cuestión de porcentajes.
Si un inquilino pide pagar mil dólares para una cantidad de 10 mil en pagos atrasados y que la cantidad restante sea condonada, “la respuesta va ser un ‘no’ “, dijo Werner. Pero si en cambio ofrecen pagar 7 mil 500 de una cantidad de 10 mil, y que lo que sobra sea condenando, en ese entonces, Werner dice, “legaremos a un acuerdo. ¿Cómo no dirías sí a ese trato?”
Es en ese momento es buena idea describir sus dificultades financieras debido a la pandemia, siempre y cuando esté enfrentando una situación legítima la cual no le permite pagar su renta.
“El hecho es que si en verdad no puedo pagar la renta, mi arrendador no la podrá cobrar”, dijo Tobener.
Otra táctica de último recurso para sus negociaciones es: prometer irse de la unidad a cambio de un descuento en la renta.
“Si acepta pagar una cierta cantidad de renta a lo largo de los próximos 6 meses, el arrendador tendrá derecho de nuevo a la unidad” en una cierta fecha futura, dijo Tobener.
Este tipo de acuerdo puede ser muy deseable para un propietario. Algunos arrendadores temen que nunca podrán cobrar renta atrasada a causa de las protecciones a favor de los inquilinos, pero sí existen leyes que permiten a propietarios cobrar estos pagos atrasados.