Tras ser apartado de las iglesias católica y anglicana, el padre Antonio Castañeda predica en su nueva iglesia, la Iglesia del Espíritu Santo. Castañeda ha sido acusado de 22 cargos de agresión, agresión sexual, tentativa de agresión sexual e intento de impedir que un testigo/víctima lo acuse. (Alexandra Hall/KQED)
Advertencia al lector: Algunos relatos de las denuncias de agresión sexual en esta historia contienen detalles explícitos y lenguaje fuerte que a algunas personas les pudieran incomodar o resultar ofensivos.
Desde la publicación de esta historia, varios ex feligreses que hablaron con KQED presentaron una demanda en contra del sacerdote de Fresno, Jesús Antonio Castañeda Serna, y la Diócesis Anglicana de San Joaquín, alegando que Castañeda los había agredido sexualmente. La demanda se resolvió.
Otras diez personas entablaron otra demanda (sólo en inglés) en contra del sacerdote y su antiguo empleador en abril de 2021, alegando que el religioso los agredió sexualmente, o lo intentó. Una de ellas dice que era una menor de edad cuando esto sucedió.
Castañeda continúa predicando a sus seguidores en Fresno, ya sea a través de Facebook Live o en persona en eventos privados según antiguos miembros de la iglesia.
Desde finales de junio, seguía perteneciendo a World Communion of Christian Celtic Convergence Churches, una organización religiosa con sede en el Reino Unido, que lo aceptó como sacerdote en enero de 2018.
“El estatus del padre Antonio no ha cambiado. Estamos esperando que concluya el proceso legal debido en este caso”, dijo Bruce Taylor, arzobispo del grupo en Norteamérica.
Castañeda sigue en libertad bajo fianza, a la espera de un juicio previsto para marzo de 2022. Su abogado defensor, Ralph Torres, se negó a hacer comentarios sobre la demanda presentada a principios de este año. Más intentos de contactar a Castañeda no tuvieron éxito.
Historia Original:
Luis dijo que él no le podía decir a la doctora lo que en verdad había pasado.
Ya habían transcurrido varios días desde que notó sangre en su orina y los moretones en el área de la ingle.
El hombre de 40 años, oriundo de Jalisco, México, se había estado reuniendo con un popular sacerdote local en Fresno, Jesús Antonio Castañeda Serna, quien era conocido con el nombre de padre Antonio. Su familia lo había presentado con el padre Antonio con la esperanza de que el sacerdote le pudiera ayudar a Luis a mejorar su vida, ya que había batallado con la adicción a las metanfetaminas.
“Venía mucha gente a buscarlo”, dijo Luis, este no es su verdadero nombre. KQED no está utilizando los verdaderos nombres de los supuestos sobrevivientes al abuso sexual en esta historia. “Según los otros, era algo… un don de Dios que él tenía”, agregó.
En aquel entonces, el padre Antonio era el pastor principal de Nuestra Señora de Guadalupe, una congregación que ofrece servicios en español de la Diócesis Anglicana de San Joaquín. El carismático liderazgo del sacerdote atrajo a cientos de personas de la comunidad latina de Fresno y se rumoraba que por sus supuestos dotes de sanación se había ganado el sobrenombre de “el padrecito que hace milagros”.
Durante las sesiones en la oficina del padre Antonio, las cuales dice Luis que se llevaron a cabo durante varios años, él se acostaba en un banco o mesa para masajes vestido solo con su calzoncillo bóxer mientras el padre Antonio oraba y le frotaba aceite en la piel. La intensidad del masaje era tan brusca que el sacerdote con frecuencia le dejaba moretones, según testificó Luis.
Él les dijo a su mamá y a su novia que se había lastimado en su trabajo de construcción. Era una explicación que le parecía más fácil, dijo él. Y ahora, en la clínica, el doctor le hizo más preguntas – preguntas que Luis dijo, no se sentía cómodo en contestar.
“No le dije (al doctor) que alguien me había tocado”, dijo Luis a KQED en noviembre de 2019. “Es difícil que un hombre toque otro… un adulto… toque a otro adulto. Entonces, con qué cara yo iba a decir, pues, me tocó, o…? Es un poco ridículo. Pero (…) porque la gente no iba a creerme lo que yo les iba a decir”.
Con el tiempo, Luis les dijo a las autoridades que fue durante esos masajes – que según el sacerdote eran necesarios para expulsar la ‘maldición’ de su cuerpo – que el padre Antonio abusó de él sexualmente.
Una cura para maldiciones y pecados sexuales
En 2017, varios hombres se presentaron con alegatos de que Castañeda había abusado sexualmente de los feligreses durante unos masajes que él les había dicho los curaría física o espiritualmente, dijo el obispo Eric Menees de la Diócesis Anglicana de San Joaquín.
“Todas las víctimas con las que me reuní al principio eran hombres indocumentados, así que acudir a la policía era algo que les daba miedo”, dijo Meneses.
Pero a principios de 2018, Luis y otros hombres estuvieron de acuerdo en ser entrevistados por detectives.
La otra supuesta víctima dijo a la policía que Castañeda le dijo que se masturbara frente a él en múltiples ocasiones, de acuerdo con información en una declaración a un investigador de la policía de Fresno para respaldar una orden de arresto. Él dijo que el sacerdote le dijo que tenía que ver su semen para determinar la ‘maldición’ exacta o la supuesta enfermedad que lo afligía. En una ocasión, el hombre dijo que Castañeda lo abrazó y le dijo que lo amaba “como un hombre ama a una mujer”.
Castañeda fue arrestado en febrero de 2019 y fue puesto en libertad bajo fianza al siguiente día. Más de 40 feligreses les dijeron a los funcionarios de la iglesia que ellos o alguien a quien ellos conocían había sido víctima de abuso por parte de Castañeda, dijo Menees a KQED por correo electrónico.
Hasta ahora, nueve personas – ocho hombres, incluyendo Luis, y una mujer – están en una lista de supuestas víctimas en el proceso penal, de acuerdo con los testimonios ante el juzgado. La policía dijo que la mayoría de las personas que se han presentado son indocumentadas.
Castañeda se enfrenta a 22 cargos (sólo en inglés) de agresión, agresión sexual, intento de agresión sexual e intento de disuadir a un testigo. Se esperaba que el juicio de su caso iniciara este año, pero se ha retrasado debido a la pandemia del coronavirus.
Una investigación realizada por KQED encontró que Castañeda se cambió de la Iglesia Católica a la Iglesia Anglicana y, después, a otro grupo religioso, sin pasar por una revisión completa de antecedentes o alguna revisión en lo absoluto.
Mientras está en espera de su juicio, Castañeda ya abrió una nueva iglesia donde sigue dirigiendo los servicios.
Castañeda ha negado todos los cargos a través de su abogado, Ralph Torres, quien dijo que los acusadores del sacerdote han malinterpretado una forma, según él, de sanación tradicional aceptada.
“Esto es algo cultural”, dijo Torres. “Este tipo de masajes de sanación pasa en todo Latinoamérica, México y los Estados Unidos. No hay nada inusual en cuanto a eso. Puede haber un malentendido, y fue algo que no apreciaron”, agregó.
Torres dijo que su cliente nunca abusó sexualmente de los feligreses y que “la verdad saldrá en el juicio”. Además declinó la solicitud de KQED de entrevistar a su cliente.
Las personas que testificaron en una audiencia preliminar (sólo en inglés) en el otoño de 2019 dijeron que el sacerdote les dijo que estaban maldecidos, les frotó los genitales con aceite o los convenció de que se masturbaran frente a él para que se curaran.
Algunos dijeron que ellos buscaron la guía de Castañeda durante tiempos difíciles en sus vidas: el fin de una relación, adicción al alcohol o a las drogas y, en un caso, la muerte de un hijo, según información de testimonio en el juzgado. Con frecuencia avergonzados y confusos sobre las sesiones en su oficina, pero con la esperanza de que los pudiera ayudar, algunos feligreses dijeron que ellos regresaron a Castañeda una y otra vez durante años. Otros mantuvieron el supuesto abuso escondido de sus propios familiares, de quienes después se enteraron que también fueron supuestas víctimas.
El caso plantea la problemática sobre la vulnerabilidad de los adultos, incluyendo inmigrantes indocumentados, al abuso sexual en la Iglesia, y revela cómo las instituciones religiosas están batallando por responder – décadas después de que saliera a la luz el encubrimiento sistemático de abuso sexual en la Iglesia católica.
“Uno se siente como que – ¿acaso todavía soy hombre? ¿O tan siquiera soy lo suficientemente hombre?”, una supuesta víctima en el caso le dijo a KQED. “Yo dejé que otro hombre me tocara. Uno siente como si le hubieran robado su identidad”.
Vengo a buscar al padrecito que hace milagros
Algunos exfeligreses le dijeron a KQED que ellos creían que Castañeda en verdad sanaba a la gente, razón por la cual muchos han batallado en aceptar las acusaciones.
Castañeda vino a Fresno alrededor del 2007 y empezó a prepararse para ser un sacerdote anglicano. Los feligreses dijeron que él practicaba la sanación que incluía poner las manos en el cuerpo para curar enfermedades y hacía rituales de ‘limpiezas’ que incluían velas, sábanas y frotar aceite y sal en el cuerpo.
Bajo la dirección de Castañeda, los feligreses de Nuestra Señora dijeron que ellos fueron testigos de fenómenos que todavía no pueden explicar: hubo una historia de un paciente moribundo al que según ellos el padre logró sacar de asistencia médica para seguir con vida, el hombre que los feligreses dicen que se elevó del piso mientras ellos oraban por él en lo que parecía un exorcismo dirigido por el sacerdote, y la mujer cuyo cáncer Castañeda dijo que había curado – supuestamente al remover una masa de su cuerpo – enfrente de toda la congregación.
En las misas de sanación, Castañeda colocaba las manos sobre la cabeza de los feligreses y ellos caían al piso o “descansaban en el espíritu” – habiendo sido sobrecogidos por el Espíritu Santo, dijeron exfeligreses.
En una ocasión, en una venta de artículos de segunda mano que hizo la iglesia, una exfeligresa, Rosalina Rodríguez, dijo que ella se acuerda que una mujer dijo: “Vengo a buscar el padrecito que hace milagros”.
Rodríguez dijo que ella escuchó a Castañeda contestar: “Aquí no hay ningún padrecito que hace milagros. Los hace Dios”.
Si un feligrés necesitaba sanación, Castañeda lo veía en privado en su oficina, dijeron varios exmiembros de la congregación.
Reynaga dijo que ella y otros feligreses con frecuencia acompañaban a Castañeda a las casas para que él pudiera orar por las personas. Ella dijo que el sacerdote les dijo que algunos hombres necesitaban sanación porque una exesposa o una exnovia los había maldecido.
“Decía que sus partes íntimas estaban ‘atadas’ por lo que tenía que masajearlas”, dijo Reynaga, añadiendo que el sacerdote le pedía que saliera de la habitación en un momento determinado de la oración. Dijo que nunca lo vio tocar indebidamente a nadie.
Algunas supuestas víctimas dijeron que Castañeda tenía a otra persona en el cuarto ayudándole durante los supuestos masajes de oración. Personas que presenciaron los rituales de Castañeda dijeron que el sacerdote alegaba haber sacado sustancias amarillas o negras de los cuerpos de la gente.
Algunos feligreses dijeron que Castañeda también les dijo que él era un psicólogo autorizado. Fueron infructuosos los intentos por encontrar algún registro de que Castañeda estuviera autorizado para ejercer la psicología.
“Jugaba con la mente de las personas”, dijo Rodríguez. “Y les decía, usted tiene cáncer, o tiene esta enfermedad, tiene esta o aquella. Y siempre estaba poniendo enfermedades a las personas, para después tratar de curarlas”.
Los registros del juzgado muestran que un exfeligrés, José Magaña, le dijo a la policía que, en 2015, Castañeda le pidió que lo acompañara mientras oraba por un hombre joven que sufría de drogadicción. Magaña dijo que él vio que Castañeda metió la mano por uno de los huecos del calzoncillo bóxer del hombre y haló sus genitales mientras el hombre gritaba. Magaña le dijo a la policía que él se fue confuso y afectado espiritualmente.
Magaña dijo que él después le contó el incidente a sus compañeros feligreses. “Y les dije, ¿saben qué?, pasó eso, eso. (Y ellos dijeron), o no te preocupes, es que si lo hace pero es parte de la oración”, dijo Magaña. “Y dije, ‘pero es que no era necesario’”.
En las tradiciones pentecostés y católica carismática es común que un líder de la fe se anuncie como un instrumento de Dios, dijo la profesora Kristy Nabhan-Warren, presidenta de estudios católicos en la Universidad de Iowa.
“Cada vez que estás ante un patriarcado fuerte o una concentración intensa de poder en alguna institución (…) tendrás abuso”, dijo. “La gente puede decir, bueno, es un problema que solo se da en la Iglesia Católica. Diría que es un problema de concentración de poder y falta de supervisión”, explicó.
Una acusación anterior
Años antes de que alguien hiciera una denuncia en Fresno, la Iglesia Católica en el estado de Washington había lidiado con una acusación de mala conducta en contra de Castañeda. Los registros que obtuvo KQED muestran que un exvoluntario de la iglesia alegó que Castañeda lo había tocado de manera inapropiada cuando Castañeda era pastor en la parroquia San Juan Diego, en Cowiche, a 20 minutos al noroeste de Yákima, Washington, de 2003 a 2005.
En 2007, cuando la Diócesis Anglicana de San Joaquín estaba considerando contratar a Castañeda, ellos solicitaron los servicios de Oxford Document Management Company para realizar una revisión de antecedentes.
La compañía mandó un cuestionario a la Diócesis Católica de Yákima, el anterior empleador de Castañeda, haciendo preguntas que incluyeron si él, en alguna vez, había tenido contacto sexual en un contexto profesional.
El obispo Carlos A. Sevilla de la Diócesis de Yákima contestó (sólo en inglés), diciendo que él no podía responder el cuestionario, pero que Castañeda había sido dado de baja de su puesto clerical en la Iglesia Católica por “razones significativas y graves”. Una carta de seguimiento (sólo en inglés) dio detalles adicionales: Castañeda había violado el sello de confesión.
Sin embargo, Castañeda fue ordenado por la Diócesis Anglicana en 2008.
Con el tiempo, la Diócesis Católica prestó atención a la acusación del voluntario de la iglesia, según un memorándum interno que obtuvo KQED.
El documento (sólo en inglés), al que se le han eliminado muchas partes, hace un resumen de la conversación telefónica entre una investigadora privada y el hombre, quien dijo que le tenía miedo a Castañeda porque “había tenido una mala experiencia” con él. Él le dijo a la investigadora que Castañeda había “abusado de su poder” y a veces era “sexualmente agresivo” con él.
El hombre dijo que Castañeda le había pedido examinarlo después de haberle dicho al sacerdote que había descubierto un tumor en uno de sus testículos.
“La víctima le dijo que ya había ido al doctor a lo cual el padre Castañeda declaró: ‘Yo soy doctor y soy responsable de tu salud. Tienes que dejarme verlo’”, dice el documento. “La víctima dijo: ‘el padre Castañeda empezó a tocarme y a decirme que lo dejara revisar mis testículos’”.
Cuando la investigadora le preguntó si Castañeda había tocado el pene del hombre, él dijo, “Sí, allí y toda el área de mis testículos y luego él dijo que todo se veía bien”, de acuerdo con el documento.
El hombre dijo que él se molestó mucho con Castañeda y “le preguntó si ya estaba feliz”, dice el documento.
Después de la entrevista de la investigadora con el ex voluntario de la iglesia, la Diócesis Católica en Yákima notificó (sólo en inglés) sobre la acusación a la Diócesis Anglicana de Fresno en agosto de 2009.
Pero el obispo anglicano de aquel entonces, John-David Schofield, respondió (sólo en inglés) diciendo que él había entrevistado a Castañeda y que, “en la medida de mis capacidades, me parece que el Padre Antonio ha sido acusado falsamente”.
No está claro si los funcionarios diocesanos en Fresno en alguna ocasión dieron a conocer la acusación a los feligreses de Nuestra Señora de Guadalupe. Hay 15 feligreses actuales y anteriores – de los 23 entrevistados para este reportaje – que dijeron que a ellos nunca se les informó que se había registrado una acusación anterior en contra de Castañeda. Los ocho feligreses restantes no respondieron a las llamadas de seguimiento sobre si se les había informado.
Cuando se preguntó si los feligreses habían sido notificados de la acusación, el actual obispo de la diócesis, Menees, dijo en un correo electrónico: “Debido al proceso penal y civil pendiente, los abogados me han aconsejado que no haga comentario”.
Tres personas también levantaron una demanda legal en contra de Castañeda y de la Diócesis Anglicana. Ellos alegan que Castañeda abusó sexualmente de ellos y que el sacerdote y la iglesia violaron su confianza. En la demanda legal se alega que la iglesia fue negligente al contratar y supervisar a Castañeda, lo cual resultó en imposición de estrés emocional.
El año pasado, cuando la Diócesis de Yákima publicó su lista de sacerdotes acusados con fundamento (sólo en inglés), Castañeda no estaba incluido. El monseñor Robert Siler explicó que eso se debe a que Castañeda nunca fue acusado de abusar de un menor.
“Yo creo que nuestro sistema legal reconoce que los adultos tienen más capacidad de decir, ‘no,’ y de hacer reportes y de presentarse”, dijo él.
Pero Siler dijo que la responsabilidad de no volver a cometer la ofensa queda en Castañeda – no en una iglesia que anteriormente lo empleó – y que “hicimos tanto como pudimos” para advertir a la Diócesis Anglicana.
“No me puedo imaginar que la Diócesis de Yákima tuviera los recursos para andar siguiéndolo con un anuncio que dijera, por ejemplo, ‘No se acerquen a este hombre’”, dijo él.
“Yo quería estar bien, así que regresé”
De regreso en Fresno, Luis pensó que por fin estaba ganándose la confianza de su familia de nuevo al estar involucrado con la iglesia y al ir a la oficina de Castañeda para los masajes de oración.
Luis dijo que el sacerdote le dijo que como él había estado con tantas mujeres, él estaba maldito y que, para saber cómo es que tenía que ser sanado, tenía que ver su semen.
“El estaba en la oficina y me dijo: ‘Es que yo tengo que verlo, mi muchacho, yo tengo que sanarlo de eso que usted tiene. Y necesito verlo. Y yo le decía no’”, dijo Luis a KQED, añadiendo que el sacerdote empezó a pedirle que se quitara su calzoncillo bóxer para las sesiones.
Durante un masaje, Luis testificó, Castañeda colocó una toalla en su regazo y metió la mano por debajo de la toalla – jalándole fuerte de repente el pene. Luis dijo que él se tuvo que doblar repentinamente del dolor y trató de agarrar a Castañeda, pero no pudo.
Él le dijo a Castañeda que no le tocara allí.
Cuando Luis salió de la oficina, dijo que su calzoncillo bóxer estaba manchado de sangre. Luis dijo que sintió que Castañeda lo había manipulado a él y a otros feligreses que estaban “puros ansiosos de estar bien en nuestras vidas”.
Luis después testificó que las sesiones con el padre Antonio se llevaron a cabo durante el curso de varios años, comenzando aproximadamente en 2014.
“Entonces, me metí esa espinita de que estoy mal o estoy cayendo otra vez en lo mismo. Entonces, yo no quería eso. Yo quería estar bien”, dijo Luis. “Volví a ir otra vez a sus sesiones”.
Pero el estar libre de drogas también le ha dado a Luis un sentido de claridad.
“Hasta que poco a poco, me fui dando cuenta de que pues, en realidad, no estaba bien lo que estaba pasando”, dijo él. “Yo no tenía ni idea de cuántas personas estaban pasando lo mismo que yo”.
Expulsado del sacerdocio de nuevo
En el otoño de 2017, después de que varios feligreses de Nuestra Señora de Guadalupe contaron al obispo Menees de la Diócesis Anglicana sobre el ministerio de sanación del Padre Antonio, Menees dijo que él confrontó a Castañeda sobre las alegaciones.
“Su respuesta inmediata fue decir: ‘Sí, yo aprendí este ministerio de sanación en India’”, Menees dijo en una entrevista de junio de 2019 antes de declinar hacer más comentarios. “Y yo simplemente dije: ‘No, no lo hiciste’”.
Menees dijo que los sacerdotes con frecuencia ungen a los feligreses al hacer la señal de la cruz en la frente.
“El tocar cualquier otro lugar – y ciertamente quitarles la ropa – siempre sería absolutamente prohibido”, añadió él.
Aunque es común en algunos países de América Latina y en comunidades latinas en los Estados Unidos consultar a un sanador tradicional que usa masajes, el contacto es más para ayudar con músculos tensos o una torcedura, y nunca tiene que ver con tocar los genitales, dijo Mario González, subdirector de Centro la Familia, una organización sin fines de lucro que ayuda a víctimas de crímenes y trabaja con la Oficina del Fiscal del Distrito del Condado de Fresno.
“Yo no veo la razón por la que un (sanador) tuviera contacto con esa parte privada”, dijo González.
Es porque no existe una razón, dijo el profesor de psicología de UCLA, Paul R. Abramson, quien trabaja como testigo experto en casos de abuso sexual civiles y penales.
“Si tiene que ver con los genitales, la intención es sexual. Él está enfocándose en la gente que no va a ir a la policía”, dijo él.
Después de que los hombres se presentaron con la acusación, la Diócesis Anglicana suspendió de inmediato a Castañeda de sus obligaciones sacerdotales. Menees dijo que Castañeda firmó una declaración admitiendo algo de lo que se alegó.
Los registros del juzgado muestran que otro sacerdote de la Diócesis Anglicana de San Joaquín dijo a la policía que Castañeda estuvo de acuerdo con hacer un anuncio haciéndose responsable de sus acciones en una próxima misa de domingo, pero no se presentó.
Él fue removido permanentemente de la Iglesia Anglicana poco después de eso, dijo Menees, añadiendo que Castañeda después se retractó de su declaración.
La policía de Fresno investigó a Castañeda durante más de un año y lo arrestó en febrero de 2019. El siguiente día, la policía y los fiscales llevaron a cabo una conferencia de prensa urgiendo a que más víctimas se presentaran.
“Las víctimas con quienes se ha hecho contacto hasta ahora (son) hispanohablantes en su mayoría, y son indocumentados”, dijo Jerry Dyer, jefe de la policía de Fresno en aquel entonces. “Parece que son ellos de quien él está abusando.”
En la conferencia de prensa, Dyer dijo que los detectives creen que Castañeda ha abusado sexualmente de cientos de personas. Los oficiales obtuvieron ese cálculo al ver la cantidad de gente que se había presentado hasta ese entonces, y multiplicando la cantidad de años que Castañeda ha estado activo como sacerdote en California y en Washington, dijo Dyer después en una entrevista.
El feligrés Magaña dijo que él habló con varios hombres que le revelaron que ellos fueron víctimas de abuso después de que se hicieron públicas las acusaciones contra Castañeda.
“Les dije, ¿cómo permitieron?” dijo Magaña. “Querían sanar. Ellos estaban enfermos, querían sanar y así era. Así fue”.
El sacerdote reinventado
Varios meses después de que Castañeda saliera de la cárcel bajo fianza, él llevó a cabo una misa de domingo dentro de un espacio rentado en Fresno en su nueva iglesia, Iglesia del Espíritu Santo.
Después de haber sido expulsado de las iglesias católica y anglicana, él fue ordenado como ministro por la World Communion of Christian Celtic Convergence Churches, con sede en el Reino Unido. El sitio de Internet (sólo en inglés) de la organización dice que está abierta a los obispos, sacerdotes y diáconos ordenados que “han fallado anteriormente en liderazgo de la iglesia”, independientemente de su “historia, estatus y daño”.
Menees dijo que muchos exmiembros de Nuestra Señora siguieron a Castañeda a su nueva iglesia.
“Él nunca tocó a nadie”, dijo Flor Hernández, quien, junto con su esposo, Javier Hernández, dejaron la iglesia anglicana para seguirlo.
Hernández, quien ha recolectado cartas de apoyo para el sacerdote, dijo que ella estuvo en el cuarto una o dos veces cuando Castañeda tuvo sesión personal con feligreses y nunca vio abuso.
“Cuando él hacía la misa, el lugar estaba repleto”, dijo ella mientras mostraba una fotografía de una iglesia llena hasta su capacidad y Castañeda sosteniendo sus manos sobre la cabeza de una mujer.
Durante la audiencia de juicio preliminar del sacerdote en el otoño de 2019, sus simpatizantes asistieron y se les oyó reírse, burlarse y sacudir la cabeza durante el testimonio de los testigos.
“Para mí, todo esto que sucedió fue celos, envidia”, dijo la feligresa Imelda Cruz después de uno de los servicios de domingo de Castañeda.
Los simpatizantes de Castañeda en repetidas ocasiones han señalado que algunos de los acusadores en un tiempo fueron los aliados más allegados del sacerdote y le ayudaron con su ministerio de sanación.
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Bruce Taylor, el arzobispo para Norteamérica de la actual iglesia de Castañeda, dijo que la organización no hizo una revisión de antecedentes de Castañeda antes de contratarlo ya que él ya había sido ordenado y revisado por otras dos diócesis.
Taylor dijo que Castañeda se sometió a una evaluación psicológica y él exigió que el sacerdote fuera entrevistado por tres mujeres que, dijo él, fueron víctimas de abuso sexual durante la infancia.
“Las mujeres que tienen ese tipo de historial tiene un sexto sentido, dijo Taylor. “Ellas me llamaron y me dijeron: ‘No, él no es así. No, él no pudo haber hecho esto’”.
Taylor sugirió que los acusadores del sacerdote pudieran estar haciendo acusaciones falsas para obtener estatus legal.
“Los inmigrantes ilegales pueden llegar a obtener estatus legal si se comete un crimen en su contra. Esto pudiera ser un factor que motive las acusaciones falsas en contra del Padre Antonio”, dijo Taylor a KQED en correo electrónico.
Torres, el abogado de Castañeda, también les preguntó a los testigos en el juzgado si ellos hicieron solicitud para cambiar su estatus legal a cambio de testificar.
No está claro cuántas de las supuestas víctimas hayan solicitado la visa U – para víctimas de crímenes que cooperan con las agencias de ley en investigaciones o en proceso legal en casos penales. Pero los defensores comunitarios y la policía han retrocedido, diciendo que al presentarse los acusadores se ponen todavía bajo más escrutinio por parte de las autoridades federales.
“¿Quién inventaría tal mentira solo para obtener un documento? ¿Quién se expondrá a sí mismo ante casos de juzgado, a revisión de antecedentes penales, al criterio de USCIS (Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos)?”, dijo González del Centro la Familia.
Mientras tanto, los feligreses de Castañeda siguieron acudiendo a sus servicios. Desde que la orden de California de quedarse en casa impuso restricciones temporales a los servicios religiosos en persona, el sacerdote ha estado dando sus sermones a los feligreses que asisten tanto en persona como virtualmente por Facebook Live.
“Tenemos fe en que la verdad va a salir”, dijo Flor Hernández.
¿Tienes información o casos para posibles historias que quieras compartir con nosotros? Puedes enviar un correo electrónico a la reportera: ahall@kqed.org | Twitter @chalexhall
Este artículo fue traducido por Raquel Arciniega y la periodista María Peña del equipo de KQED en Español.
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